Cómo explicar lo que se aleja. Lo que nunca estuvo. Lo que hubiera podido ser.
Tener un blog es como una fuga, al menos, un punto de fuga. La idea fija de aquello que pondrás, que otras/os leerán y quedará dando vueltas por allí.
Desde hace unos días me pregunto si realmente vale la pena llevar un blog, si vale la pena escribir diariamente.
Ya no es mi pregunta por los temas, sino el pasar por esta creación diaria. Un blog es un blog es un blog.
Este me refleja en infinitos espejos, y a la vez no veo. No creo que tenga que reflejarme en mi totalidad, pero sí algo de mí, más allá de datos.
Qué cornos. Presiento que este es mi síntoma de lunes. Después de varios días haciendo otras cosas. Eso es lo motivante: otras cosas, que están relacionadas con lo diario. Pero al menos en otro paisaje.
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